Presta atención. Los hechos mencionados en esta lista, ¿te describen?:
- Bebes mucha cerveza, a menudo hasta perder el conocimiento;
- Tienes encuentros fortuitos con gatos, bien sea puramente incidentales o que acaben en sesudas conversaciones;
- La gente a tu alrededor tiene una tasa de mortalidad alarmantemente alta;
- Te encuentras a menudo con referencias a autores culturetas como Kafka, Borges o Orwell, casi siempre innecesarias;
- Hay una frecuencia excesiva de agentes de las fuerzas del orden que parece que te tienen manía;
- Suenan de forma reiterada canciones de la década de los ochenta o bien obras sinfónicas del siglo XIX y principios del XX, también sin explicación aparente.
- Eres una chica, aunque esto no es obligatorio y se han dado casos de afectados de sexo masculino.
Si estos puntos marcan tu día a día quizá estés aquejado de un mal poco común pero bastante serio: podrías ser un personaje en una historia de Ángel Ortega. Si es así, prepárate para:
- Estar involucrado en persecuciones delirantes, a menudo en coches demasiado chulos para ser ciertos con enormes cilindradas y que acabarán destrozados;
- Follar bastante, pero no en relaciones sanas, sino siempre con algún problema chungo como un amante psicópata o un tercero celoso y agresivo;
- Aceptar que no vas a conseguir lo que pretendes, casi siempre por tu propia falta de talento;
- Tener ganas de mear o cagar en momentos poco apropiados.
No es fácil confirmar si eres un personaje de Ángel Ortega o no. Estate atento a estas señales inequívocas:
- Tu historia no está escrita en un soporte habitual: si está en papel, será en hojas sucias, estará manuscrita con un trazo disforme y la tinta tendrá manchas de zocato; Si está en formato digital no será en uno de los habituales como Microsoft Word o Scrivener o Libreoffice o cosas así, sino en texto plano con finales de línea tipo UNIX, y probablemente cerca de ella haya un programa desarrollado ad-hoc para convertirla en alguno de los formatos antes mencionados para pretender que alguien la lea;
- Probablemente nadie haya leído tu historia, y si alguien lo ha hecho, será la mujer o la hermana de Ángel Ortega y, en el mejor de los casos, su amigo del alma Fernando, que al final no ha sabido negarse a tanta presión.
Este mensaje es una advertencia del servicio público de salud mental. En caso de duda, te va a dar lo mismo. No has tenido suerte.