Entiendo que lo que te tortura no es el amor, las ilusiones o la esperanza, sino la falta de ellos. En lo que a mí respecta, amor correspondido sí que tengo (y es maravilloso), pero las ilusiones y la esperanza las perdí hace mucho. Y, dada la edad que tengo, me da la sensación de que ya no las voy a volver a tener nunca.